jueves, 24 de febrero de 2011

Yo tenía razón

Yo siempre he hablado maravillas de El Corte Inglés, porque pensaba que funcionaba muy bien y que la atención al cliente era muy buena. Pero ahora he tenido una experiencia que, aunque finalmente se ha resuelto a mi favor, me ha dejado bastante mal sabor de boca. Me explico.

En un viaje reciente a Salamanca, compramos, con cargo a mi tarjeta de El Corte Inglés, un sofá para unos amigos. La oferta era buena (descuento del 30%) y además ofrecían pagar en tres meses sin intereses.

El cargo del primer recibo no me llegó, y a primeros de enero me llamaron de El Corte Ingles diciendo que tenía un saldo pendiente (¿?). Al parecer el Banco había devuelto el recibo. Como se me había olvidado avisar a mi Banco de que iban a llegar recibos de esta empresa, pensé que algo había hecho mal, acepté el recargo y pagué por transferencia.

Durante el mes de enero me aseguré con el Banco de que todo estuviera en orden para que en el recibo de final de mes no pasara nada. Bueno, pues pasó.

A pesar de estar pendiente (el 31 de enero llamé a mi Banco para ver si había llegado el recibo y me dijeron que no), a primeros de febrero me llamaron otra vez de El Corte Inglés diciendo que tenía un recibo devuelto. Ante mi sorpresa por la devolución, la señorita que me atendió me comentó que si iba al Banco para que reclamaran el recibo y lo pagaba la semana siguiente no me cobrarían recargo.
Fui a BANKINTER a que pidieran que volvieran a enviar el recibo, y lo hicieron, pero me confirmaron lo que Banca Telefónica ya me había comentado: ellos no tenían constancia alguna de que hubieran devuelto ningún recibo mío.

Y cuando llegó el recibo, vino con recargo. Ello me encendió bastante.

A partir de ahí inicié una ronda de llamadas a la financiera de El Corte Inglés, a mi Banco para verificar que todo estaba bien, y a Atención al Cliente de El Corte Inglés. A pesar de mi paciencia no conseguí nada, salvo que una persona consiguiera darme la dirección de correo electrónico de Atención al Cliente.

Las respuestas eran siempre las mismas: nosotros hemos enviado el recibo y el Banco lo ha devuelto, y toda devolución tiene gastos. Hubo una señorita que me llegó a proponer, como solución, ¡que cambiara de Banco!.
Harto ya de hablar en balde, opté por enviar una reclamación por escrito a Atención al Cliente. La reclamación ocupaba dos páginas, así que solamente recogeré aquí el final de la misma.

Con todo ello, y para concluir:
• Sigo sin tener una respuesta clara a mi petición.
• Me siento, como cliente de El Corte Inglés, totalmente insatisfecho. No es un problema de los cerca de 8 euros que me han cobrado injustamente. Seguramente en llamadas telefónicas a sus servicios de atención al cliente y los de banca telefónica de mi banco haya gastado más dinero. Es un problema de concepto y de servicio al cliente.
El Corte Inglés no contempla que el error pueda ser suyo por un problema en la emisión del recibo. Un simple error en la emisión puede suponer un rechazo de los sistemas de los bancos. En este caso, el banco del cliente no se entera (al parecer podría rechazarlo automáticamente), y el cliente paga un recargo.
El Corte Inglés no contempla un contacto con BANKINTER para ver si hay un problema informático derivado de la emisión del recibo. El problema es siempre de los demás.
El Corte Ingles no puede facilitar una copia del recibo devuelto. El cliente tiene que creer a pies juntillas que ellos han enviado correctamente el recibo, y que BANKINTER lo ha devuelto. Pero BANKINTER dice que ellos no han devuelto nada y EL Corte Ingles no lo puede demostrar.
• Y lo que me parece muy grave, El Corte Inglés no respeta una promesa de una de sus empleadas.
• Y todo ello por aproximadamente 8 euros …
En consecuencia, solicito de ustedes procedan a abonar los gastos injustamente cargados en mi recibo de 31 de enero, pagado el 10 de febrero.

Pues bien, el 22 de febrero recibí una llamada de Atención al Cliente de El Corte Inglés en la que una señorita me confirmó que el error había sido de ellos (habían enviado el recibo a mi banco anterior), y tras pedirme disculpas me comunicó que me abonarían en mi cuenta los recargos de los dos recibos pagados.

Yo tenía razón.

Estoy contento de haber conseguido, finalmente, ser oído y atendido, pero me hubiera gustado más no pasar por todo este suplicio. Y la disculpa por teléfono me ha parecido pobre, muy pobre.

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